Con
esta horrenda amalgama sintáctica y ortográfica la buena voluntad del
filisteísmo ambiental se disfraza para su carnaval represivo. Dado que no
existe verdad, cada caso es universal. ¿O es que acaso le puede repugnar a
usted que cuelguen a un gato de un olivo y estar a favor de que se celebren las
corridas de toros? Sin matices, lo mismo y lo idéntico se confunden. "Ni una
agresión sin respuesta" y "paremos la guerra" se convierten en eslóganes
intercambiables. Cualquiera se atreve a abroncar a un crío por
cruzar libremente la calle tras una pelota. ¡No se altere usted! Por un
cardenal en su muslo, será usted presuntamente interrogado. Que da la lata en
el cole, atibórrele a pastillas. ¿O le prefiere infeliz? Cuatro niños se pelean
por una pelota en el recreo: prevengamos los casos de bullying.
Que una niña aparece ahorcada en su cuarto, ¡uy, han fallado los protocolos de
prevención! Cuatro energúmenos irrumpen en una conferencia o queman una
bandera, ¡libertad de expresión! Una persona contrargumenta civilizadamente
las paridas de un@ psicopedagog@, ¡ay, pobre, padece un bloqueo emocional!
Sedados, alienados, alineados, cualquier atisbo de resistencia será eliminado.
Y la violencia -su pornografía- triunfará completamente.
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